El debate público no existe sin institucionalidad.
La acción colectiva tampoco.
Si mientras manifestamos nos descuentan el sueldo, o las horas no trabajadas, ¿cómo podemos mostrar nuestra oposición, si tampoco existen instancias de participación, ni de negociación en el ordenamiento territorial?
¿Qué ciudad van a construir los santiaguinos, o los valdivianos, o los atacameños, (y para nuestro caso. los Chilangos) si los decidores no los hacen partícipes de los cambios ni debates?
¿Cómo un ciudadano va a apropiarse un sitio?
¿Que podriamos aprovechar de las experiencias de otras ciudades?
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