Perugia es una ciudad pequeña, en el centro de Italia, levantada sobre colinas rocosas. Sus poco más de 166 mil habitantes, hoy disfrutan de un centro histórico y social libre de tráfico motorizado, luego de que en los años 80 se decidiera comenzar a poner fin a los atochamientos, contaminación y preocupaciones que acarrea la vida dependiente del auto.
A raíz de un descubrimiento arqueológico se comenzó a avanzar en hacer la ciudad más caminable, y a la vez idear un sistema de transporte eficiente y adecuado a la geografía del lugar. Después del salto conoce qué hicieron.
En los años 80 se comenzó a idear, por parte de la autoridades de Perugia y de los urbanistas, el cómo descongestionar esta ciudad de calles estrechas y empinadas, que día a día tenía los problemas que cualquier otra mediana y gran ciudad tienen: muros de edificios cubiertos de hollín, ruido, atochamientos y habitantes estresados por la falta de estacionamientos y los inconvenientes de ir en auto a todos lados.
© Wikimedia Commons.
Con ingenio, tecnología e historia, lograron recuperar las calles para los peatones, y sin por ello poner freno al desarrollo de la ciudad. En Perugia debían hacer frente al conflicto de muchos centros urbanos de hoy: crecimiento urbano, turismo y desarrollo v/s sustentabilidad y calidad de vida.
La idea era que la ciudad no se convirtiera en un museo, ya que es sede de muchas fiestas típicas, como el festival Umbria Jazz en julio y el Eurochocolate, evento que se realiza aquí por ser esta ciudad famosa por su chocolatería. La pregunta entonces es ¿cómo seguir atrayendo visitantes sin sobrecargar las calles con automóviles?
La respuesta empezó a originarse por un descubrimiento arqueológico: a principios de los años 80 se encontró un barrio aristócrata medieval enterrado, más abajo que el centro de la ciudad actual, que se encuentra en lo alto de una colina. Se desarrolló entonces este barrio, alejado del centro, para exhibir estos restos arqueológicos, y se interconectaron por medio de escaleras mecánicas que remontan la colina. Se instalaron abajo estacionamientos para que la gente dejara sus autos, además de una estación de autobuses.
Junto con ello se prohibió el acceso a la avenida principal, la Corso Vannucci, a vehículos motorizados, salvo camionetas de reparto y taxis. El sistema está muy vigilado, con cámaras que fotografían las patentes de los infractores, y con altas multas. Sólo se puede entrar a la ciudad en vehículo con un permiso especial.
Para hacer frente a la gran cantidad de turistas y visitantes, y aunque se fueron aumentando el número de escaleras mecánicas y estacionamientos al pie de la colina, la infraestructura no fue suficiente. No podía instalarse un tranvía, que no soportaría un alto tráfico de pasajeros, ni tampoco una línea de metro, que tendría un alto costo y difícil implementación en una ciudad montañosa.
Entonces, la solución vino en miniatura. La empresa italiana Leitner AG, desarrolló una vía de 3 kilómetros para un Minimetro.
Los coches son de alta tecnología, frecuencia de un par de minutos entre cada carro, y los boletos son dispensados por máquinas multilingües, a 1,50 euros. El diseño vanguardista de las estaciones fue desarrollado por el arquitecto Jean Nouvel y su equipo, quienes en 2008 ganaron con esta obra el Premio Pritzker de Arquitectura.
Este video, grabado por un pasajero, muestra parte del recorrido
En la línea de minimetro se conjuga la tecnología con el entorno natural de la ciudad, algunas estaciones están empotradas en las laderas y cuevas de piedra. El minimetro asegura a la ciudad la conectividad con la estación de trenes, al pie de la colina, y se adapta a la estructura montañosa en intrincada del terreno.
El problema es que produce un zumbido constante, lo que se hace un poco molesto para los habitantes aledaños a la línea; por eso el servicio sólo dura hasta las 21:30 hrs, salvo en los días de fiestas.
Esta solución pudo implementarse en Perugia porque es una ciudad relativamente pequeña, aunque muy turística. El minimetro aporta conectividad sustentable, sumado a que recorre y respeta la geografía autóctona, pero podría ser difícil de implementar en ciudades donde el volumen de pasajeros sería mayor.
(Fuente: National Geographic Daily News)
En Mexico tenemos 4 ciudades candidatas a una solucion similar Guanajuato, San Miguel Allende, Taxco y Zacatecas. Aun estan en posibilidad de ser rescatadas del secuestro por el automovil y transformarse en verdaderos paraisos para el peaton, que les permitiria incrementar su capacidad de afluencia de turismo sin ocasionar deterioro al tejido urbano que las caracteriza.
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